11/6/15

Padres hiperprotectores, hijos sin autonomía

Article de La Vanguardia

ES | 24/10/2014 - 10:37h | Última actualización: 28/11/2014 - 10:39h 


Los padres quieren lo mejor para su prole, pero a veces el instinto de protección es tan intenso que acarrea consecuencias negativas. La nueva hiperpaternidad ve a los hijos como seres intocables, que tienen más miedos que nunca


Padres hiperprotectores, hijos sin autonomía
La falta de autonomía pasará factura a los más protegidos Vladimir Godnik
Eva Millet

Padres hiperprotectores, hijos sin autonomía
Portada del suplemento Estilos de Vida del 25 de octubre de 2014 Cristina Reche
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En el 2008 Álex, un profesor universitario de Barcelona, visitó Estados Unidos por motivos de trabajo. De aquel viaje no se le olvidará nunca esta escena, que tuvo lugar en una librería de Washington, la capital. “Estaba con Núria, una colega, y caminábamos por un pasillo entre las estanterías. Había un niño, de unos once años, ojeando un libro, que nos bloqueaba el paso y Núria le tocó el hombro, levemente, para apartarlo”. Fue un gesto casi automático, de hecho, el niño “apenas se dio cuenta”, describe Álex: “Pero la madre… ¡Ella sí se dio cuenta!”, recuerda. “Apareció de repente y se puso a gritarle a Núria como una posesa, diciéndole que cómo se atrevía a tocar a su hijo y, que si lo volvía a hacer, iba a llamar a la policía… Nos quedamos de piedra”.
Una situación similar la vivió en Nueva York el escritor y periodista David Sedaris. La relata en su último libro, Let’s explore diabetes with owls (Little Brown), e implica también tocar ligeramente por el hombro a un niño. En este caso, un adolescente que había estado grafiteando un buzón de la calle mientras sus padres hacían la compra en un supermercado. Cuenta Sedaris que, ante aquel acto incívico, un vecino posó su mano sobre el hombro del chico y empezó a llamarle la atención. Cuenta también Sedaris como, al escuchar los gritos, emergieron del supermercado los padres de la criatura, quienes corrieron junto a su retoño. No se inmutaron, sin embargo, al oír lo que éste había estado haciendo mientras ellos compraban. Se limitaron a encararse con el hombre (quien seguía posando ligeramente la mano sobre el hombro del adolescente), y le espetaron, indignados, lo siguiente:
–¿Quién le ha dado a usted derecho a tocar a nuestro hijo?
El hombre, un poco confundido, les explicó lo
que su hijo había estado haciendo con un enorme rotulador, que yacía ahora a sus pies, pero los pro­genitores continuaron, indignados:
–No me importa lo que hacía mi hijo –le dijo la madre–. Usted no tiene derecho a tocar a mi hijo. ¿Quién se ha creído usted que es?
Y acto seguido, indicó a su marido que llamara a la policía, cosa que, cuenta Sedaris, el marido ya estaba haciendo.
La hiperpaternidad es un modelo de crianza originado en Estados Unidos, basado en una incansable supervisión por parte de los padres sobre los hijos, que se ha importado con éxito a Europa. Y a las ya conocidas variedades de los padres helicóptero (que sobrevuelan sin tregua las vidas de sus retoños, pendientes de todos sus deseos y necesidades) y de los padres apisonadora (quienes allanan sus caminos para que no se topen con dificultades) se les ha añadido la de los padres guardaespaldas: progenitores extremadamente susceptibles ante cualquier crítica sobre sus hijos o a que se les toque.
Ignasi, profesor de educación física, con casi treinta años trabajando con críos, ha vivido en primera persona esta última versión de los hiperpadres. El año pasado era el coordinador del equipo de monitores de una escuela pública de Barcelona, un trabajo que dependía del ampa (la asociación de madres y padres). Un empleo que ya no tiene desde que un mediodía llamara la atención a un grupo de niños por su mal comportamiento. “Después de comer hacíamos rotación de zonas de recreo: unas clases iban a la pista de fútbol, otras al patio, otras al gimnasio…”, explica Ignasi. “Allí había empezado a trabajar un monitor nuevo, así que fui a ver cómo iban las cosas”. Al abrir la puerta, vio que las cosas no iban bien: niños y niñas descontrolados, saltando como posesos, jugando a la pelota, los zapatos tirados por todas partes… El griterío era ensordecedor e Ignasi los mandó callar a todos de inmediato: “Les dije que pararan –recuerda– y que no sabía si estaba entrando en el gimnasio de la escuela o en la matanza del cerdo de mi pueblo”. Los niños callaron pero, dos días después, el ampa recibió una carta de un grupo de padres y madres indignados, denunciando que Ignasi había llamado “cerdos” y “animales” a sus hijos. “Cuando me pasaron la carta, mi primera reacción fue no creer lo que leía”, recuerda. “Después pensé que quizás no había transmitido bien el mensaje a los niños y que ellos no lo habían transmitido bien en casa, así que propuse una reunión con los padres, para explicarme”.
La reunión, muy concurrida (“Ojalá en una reunión informativa de la escuela o del ampa se presentaran tantas familias”, apostilla Ignasi), no fue bien. “Aunque hubo algunos padres conciliadores, ganaron los reivindicativos, quienes estaban convencidos de que había llamado “cerdos” a sus hijos”. Ignasi ya no está en la escuela después de esto: “El ampa recibió tanta presión que decidí irme. Fue un acoso y derribo”, concluye.
Del asunto, saca varias conclusiones. La primera, que cada vez hay menos límites por parte de los padres: “Nos creemos capaces de poder actuar sobre todo, de criticarlo todo, de hablar sobre todo… Y es cierto que siempre ha sido así pero, la diferencia es que ahora somos capaces de actuar, hay más medios para hacerlo, y las redes sociales son uno de ellos”. También ha detectado que la influencia de los progenitores es cada vez mayor en las escuelas, en especial, en aquellas con ampas potentes. “Los padres cada vez están más involucrados en los colegios, lo que, aunque es bueno en muchas cosas, puede también provocar malas dinámicas”, señala. Porque pese a su labor positiva, las ampas a veces también pueden ser plataformas para que haya progenitores que hagan lo que ellos quieran. “En una escuela en la que trabajé, el comedor lo llevaba el ampa, y había una madre que se metió en la organización simplemente para diseñar el menú para sus hijos, en base a lo que les gustaba a ellos y lo que no”.
Samantha Biosca, tutora de ESO y bachillerato en una escuela privada de Barcelona ya desaparecida, también se ha encontrado con este tipo de padres guardaespaldas durante sus quince años como docente. “En varias ocasiones me han dicho, tal cual, que ‘no les iba bien’ que castigara a su hijo a quedarse un viernes por la tarde a recuperar deberes, porque se iba de fin de semana, o que no aceptaban que les hubiera confiscado el móvil en clase”. También recuerda como, en unas convivencias, cuando quiso enviar a casa a un adolescente al que pilló fumando porros, la respuesta del padre fue un contundente: “Ni se te ocurra. Mi hijo se queda. He pagado las colonias”. Este tipo de intervenciones, asegura, han ido aumentando en los últimos años. “Los niños son cada vez más intocables: saben que pueden hacer lo que les da la gana y que no les pasará nada, porque tienen detrás a sus padres, quienes los protegen de lo que sea. Se ha ido perdiendo el respeto por la figura del maestro: se nos ha ido desautorizando. La culpa siempre la tienen los otros”, lamenta. Una actitud que, comenta, no deja de ser sorprendente: “Porque los padres hoy están muy desorientados y algunos no tienen, literalmente, el tiempo de educar”. Y, aunque señala que muchos aún confían en el maestro, cada vez son más los que lo cuestionan, incluso con gran virulencia: “Y yo, como muchos otros docentes, estoy dispuesta a luchar para educar a los niños, pero los padres nos han de dar el poder para ello. Si nos desautorizan, si no vamos a la par… ¡Acabamos!”.
Para Samantha, quien se ha especializado en coaching para adolescentes, esta crianza hiperprotectora deriva en “niños tiranos” que, paradójicamente, lo tendrán difícil en la vida como adultos debido a la excesiva supervisión paterna. Ignasi también cree que el excesivo respaldo paterno es contraproducente porque, unido a la ya habitual falta de límites, produce personas que creen que ­tienen muchos derechos pero ningún deber, con el coste que ello implica para la sociedad.
Encima, los niños sobreprotegidos tampoco lo pasan bien durante la infancia. En parte porque tanta protección, tantos parachoques, hacen que los miedos los inunden, ya que no han tenido que enfrentarse a ellos. De ello da fe Cristina Gutiérrez Lestón, codirectora de La Granja Escola de Santa Maria de Palautordera: un centro de colonias a las faldas del Montseny especializado en educación emocional, por el que pasan cada año más de diez mil alumnos. “En los treinta años que llevo de profesión juro que nunca había visto tantos niños con tantos miedos. Nunca”, remarca. “En los últimos cinco años ha sido brutal. Hay miedos a todo y miedos fuertísimos, de parálisis: miedo a sacarse la chaqueta, a decir no, a decidir, a la comida, a los animales… También hay una acuciante falta de autonomía que veo que, como los miedos, está causada por la sobreprotección”. Sobreprotecciones como aquella niña a quien, descubrieron, su madre le daba el antitérmico Dalsy cada vez que le lavaba el pelo (para que no se resfriara) o el elevadísimo porcentaje de niños y niñas de segundo de primaria que todavía usan pañal por la noche porque, para los padres, “todavía no están preparados para sacárselo”.
Y los niños criados así, entre tantos algodones y amortiguadores, continúa Cristina, tienen “muchos miedos y muy exagerados: miedo a uno mismo, a no tener amigos, a perder, a cosas que te sorprenden: ¡Hay niños que no vienen aquí por miedo a que les pongamos para comer algo que no les guste!”. Son niños evidentemente sin autonomía, algo que en un futuro pasa factura: “Porque el miedo provoca que uno no pueda ser uno mismo y a partir de esto empiezan otros problemas más serios: la falta de identidad, la tolerancia cero a la frustración…”.
Cristina, que acaba de publicar un libro sobre educación, Entrena’l per a la vida (Plataforma), entiende el instinto de protección hacia los hijos. Es algo natural: la inseguridad, el miedo y las ansias de protegerlos son sensaciones que existen entre la mayoría de los padres. Sin embargo, esta pedagoga cree que es fundamental preguntarse quién va a educar al hijo o la hija, los padres o los miedos de los padres: “El problema es que no podemos esconderles las piedras en el camino porque las piedras están ahí; el mundo está lleno de dificultades”. Por ello, insta a los padres a que, “si hay piedras, se las enseñen”, y si el hijo o hija se caen, “miren cómo se cae y le ayuden a levantarse, pero que no impidan a toda costa que se caiga, porque en la vida hay que saber levantarse. Los padres tienen que saber que sobreproteger es desproteger”, concluye.
Sigue a la autora en twitter @EvaMilletEduca2
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Pedagogía del coraje

El miedo es una emoción básica y por eso, apunta Cristina Gutiérrez Lestón, es fundamental aprender a lidiar con él y distinguir cuándo nos protege y cuando nos destruye. Pero actuando como guardaespaldas de los hijos, no ayudándoles a enfrentarse con ellos (por miedo a que se frustren, fallen, se decepcionen…), esto no se consigue. En La Granja cada vez dedican más horas a enseñar a enfrentarse a los miedos, algo que para sus responsables es una variante más de la educación emocional. Sus métodos funcionan y Cristina cuenta feliz como más de un alumno les ha dicho, tras unos días allí, que ha dejado sus miedos en el bosque… “Al niño no podemos decirle que no tenga miedo y ya está, sino explicarle que entiendes lo que siente, porque los miedos existen, pero que hay una habilidad que se llama valentía que se puede entrenar. También es importante hacerles saber que el miedo, a menudo, es falta de información, por lo que es importante concretarlo”, explica. En este centro educativo se toma muy en serio lo que otro experto en tratar los miedos, José Antonio Marina, llama “el aprendizaje de la valentía”. El reputado pedagogo ha dedicado a este tema uno de sus últimos libros: Los miedos y el aprendizaje de la valentía (Ariel). Como en el libro de Cristina Gutiérrez Lestón, Entrena’l per a la vida, Marina ve urgente atajar los temores que van a entorpecer el desarrollo de los niños. Dos excelentes manuales sobre una nueva pedagogía: la del coraje, más necesaria que nunca.

Deu pautes per ajudar el teu fill a superar les seves pors

Avui volia compartir amb vosaltres un text que he trobat força interessant.

A vegades no ens adonem compte que les nostres pors són la pitjor herència que els hi podem deixar als nostres fills/es.

Jo des d'avui faig un propòsit de canvi.

...Les pors no son bones, o ...si?

De la pàgina web

Publicat per el 7 de maig del 2015.
Ilustración_miedo_infantil
Il·lustració: Kauê Oliveira (Escola Massana)
La por és una emoció que ens acompanya tota la vida i, en contra del que pugui semblar, cal donar-li les gràcies. Juntament amb la resta d’emocions primàries i universals com el fàstic, la sorpresa, la tristesa, la ira i l’alegria, té una importantíssima funció adaptativa. Gràcies a la por, el cervell pot enviar senyals al nostre cos que es coordinen per respondre davant una alerta i permetre’ns, així, donar una resposta eficaç per poder seguir vivint. En definitiva, la por ens protegeix.
En el casa dels nens, les seves pors són fruit de l’educació, la sobreprotecció, els models de conducta, les interpretacions que el propi nen fa de les seves activitats i els missatges que rep de l’exterior. Aquestes pors poden evolucionar i no ser adaptatives, i poden perjudicar i afectar les seves diferents àrees de desenvolupament.
Del nadó a l’adolescència, les pors infantils van evolucionant i transformant-se. D’aquesta manera, ens podem trobar amb pors d’orígens molt diversos:
·Sorolls forts (veus, cops de porta o caiguda d’objectes).
·Que el deixis anar i perdi equilibri.
· Persones que no coneixen.
· Objectes que apareixen bruscament.
· Animals, independentment de la mida (gossos-mosques).
· Les màscares.
· La foscor.
· Caure.
· Éssers sobrenaturals (fantasmes, bruixes, monstres).
· Les tempestes i altres fenòmens climàtics.
· Practicar alguna activitat, com anar en bici o baixar pel tobogan.
· La mort.
· La separació dels pares, molt comuna a totes les edats.
· Els metges (o la sang i les injeccions) i, sobretot, el dentista.
· Els canvis.
· Fer el ridícul.
· Suspendre.
· Lesionar-se.
· Aspecte físic.
· Tot allò relacionat amb la inseguretat pròpia de l’etapa de l’adolescència.
Quan la por no evoluciona de forma eficaç i limita la vida del nen i adolescent, sorgeixen problemes que boicotegen el dia a dia.
Tanmateix, com s’originen les pors infantils?
Totes les persones portem programada la por de sèrie: és als nostres gens. En realitat, és una resposta natural que ens permet de fugir o defensar-nos en moments d’amenaça. Gràcies a la por, quan veiem algú que identifiquem com a amenaçant, ens posem en estat d’alerta per poder reaccionar si fos necessari.
Aquesta resposta és eficaç. Però tenir por a tots els estranys, o a cultures o ètnies diferents, és una por absurda que ens distancia i ens fa perdre oportunitats enlloc de permetre que visquem en una sana convivència. D’aquesta manera, si inculquem aquest tipus d’idees als nostres fills, s’educaran sota la discriminació i els prejudicis, amb pors que són inútils i que els limiten. Per tant, els adults hem de vigilar determinats comportaments i reaccions que creen pors en els nens o els condicionen perquè fan que siguin majors o més sostingudes en el temps. En definitiva, són pors que els nens no haurien desenvolupat si estiguessin en una altra família.
La por, per tant, s’educa, es copia i es contagia. Així, els pares més ansiosos, temorosos, porucs i sobreprotectors crien nens porucs i insegurs, amb baixa autoestima i poca iniciativa per temors infundats perquè els anticipen situacions catastròfiques i conviuen amb la tensió.
Els nens, de fet, poden aprendre a tenir por per imitació, i, si veuen que la seva mare es tensa, els agafa fort la mà i creua la vorera cada vegada que veu un gos, interpreten que els gossos són perillosos. Així, quan es troben sols i veuen un gos, és possible que plorin desconsoladament sense saber què fer. A més, cal tenir present que les emocions que el nen percep dels seus cuidadors condicionaran o modelaran les seves interpretacions o conductes, desenvolupant amb ell una personalitat amb més o menys pors.
En aquest sentit, el “No!”, “Para!”, “Quiet!” o “Compte!” estan molt bé quan la situació és alarmant, però si s’abusa d’aquestes expressions, el nen acaba concloent que el món és un lloc perillós per viure i això afavoreix relacions de dependència i d’indefensió, ja que el més normal és que els nens porucs no vulguin fer coses sols. Serien, per tant, pors injustificades i inculcades a cop d’ensurt que impedeixen que siguin autònoms.
A aquest tipus d’educació poden sumar-s’hi experiències personals que generen por, com un ensurt en la foscor; una onada que el desestabilitzi al mar; un gos que, mostrant alegria, el fa caure a terra, o un accident amb la bici, per mencionar alguns exemples possibles. Tot això va creant una motxilla d’experiències traumàtiques que, unides a la sobreprotecció, conformen una personalitat insegura i poruga.
Com podem educar emocionalment la por infantil?
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La por als metges és freqüent entre els nens. Foto: serpadres.com
1. Respecta i no ignoris aquesta emoció. El teu fill necessita tranquil·litat i paraules que mostrin que l’entens, que l’ajudaràs i que no estarà sol. Si alguna cosa ens ha ensenyat la intel·ligència emocional és que la gestió d’emocions és clau a la vida.
2. No esperis que el problema es desbordi i limiti la vida del teu fill per acudir a un professional. Parla amb naturalitat de les pors i no sobreprotegeixisles seves reaccions davant seu, perquè així reforces aquesta actitud.
3. No el ridiculitzis amb un “demà tots es riuran de tu”, ni te’n burlis dient-li “no et fa vergonya, grandet com ets?”, o l’etiquetis de “covard”, “poruc”, ni el comparis amb els seus germans o amics amb frases de l’estil “en Pere no té tanta por com tu” o “Aviam si n’aprens, de la teva germana”. Es diuen amb la intenció d’ajudar i motivar, però el que s’aconsegueix és debilitar l’autoestima del nen i que se senti sense recursos.
4. No dramatitzis les seves porsperquè són part del seu desenvolupament evolutiu. Explica-li que tu també vas tenir por al mateix quan eres petit i digues-li que és normal. Això els tranquil·litza, recorda-li que el pare o la mare són les seves figures de referència i els seus ídols.
5. No el castiguis per haver tingut por. La por és una resposta involuntària que fa que lluitis, fugis, o et quedis paralitzat. No hi ha intenció, en la por. Castigar una reacció que és incontrolable els farà generar més por i frustració. El que és controlable és treure dramatisme a la por, donar-los una explicació i recolzar-los, però no la pròpia reacció del cos.
6. Anticipa’t i treballa perquè sigui una persona segura. Visualitzeu situacions i parleu de com li agradaria reaccionar: així es prepara el seu escenari. En el cas de la foscor, per exemple, pots jugar de dia baixant les persianes. Això l’ajuda a familiaritzar-se amb la situació. Ensenya-li també estratègies de relaxació i control respiratori, són eines necessàries per a la seva vida infantil i adulta.
7. Comença un diari de les seves pors i proposa-li de continuar-lo quan sàpiga escriure. Recordeu junts les seves pors passades i que anoti com va superant les presents i les seves fites. Així anirà interioritzant la seva evolució i la seva capacitat de superació, necessària per a la vida.
8. No evitis les seves pors. Per superar-se, ha d’enfrontar-s’hi a poc a poc i en companyia de les persones que li donin seguretat, i el que fas està condicionant patrons futurs. És a dir, no li tapis les oïdes amb les tempestes, ni creuis el carrer quan s’apropi un gos. Però tampoc facis el contrari i el forcis a tocar l’animal o el llancis a la piscina perquè perdi la por a l’aigua definitivament. Accepta que cada persona té un procés.
9. Fomenta la comunicacióper parlar de les seves pors. El fet d’expressar-les ja l’està ajudant a enfrontar-s’hi. Fes servir la creativitat i no només les paraules: mireu llibres, contes, vídeos o pel·lícules, i creeu històries que tractin la seva por per familiaritzar-s’hi i treure-li la seva força.
10. Reforça tota conducta o petita fita que vagi aconseguint, no t’esperis al final. Al llarg del camí tots necessitem el suport i la força dels altres.
Quan les pors persisteixen i condicionen la vida del menor en el seu entorn familiar, escolar o social, les anomenem por irracionals i poden desembocar, per exemple, en fòbies específiques o en trastorns d’ansietat que empitjoraran la salut del teu fill i que requeriran la intervenció d’un professional. Per evitar-les, doncs, és important que acompanyis el teu fill en les seves pors; per fer-ho, hauràs de recórrer a la teva intel·ligència emocional però, a canvi, aconseguiràs que els teus fills creixin sans i feliços.

27/5/15

Decalógo para tener más paciencia con nuestros hijos

Comparto el artículo del diario ABC. Son cosas evidentes que las cargas diarias no nos dejan ver...aquí una recopilación.


Artículo de Laura Peraita
Día 26/05/2015 - 02.14

Con demasiada frecuencia los padres descargan con los hijos el estrés del día, sin darse cuenta de que ellos son niños

Las mujeres, sobre todo aquellas que trabajan y llevan en su mochila los problemas laborales del día, reconocen que viven la vida a mil por hora, que no les da tiempo a llegar a todo. Los hombres también se quejan de que las horas del reloj pasan demasiado rápido, lo que aumenta su sensación de estrés. Lo peor de estas situaciones es que muchas veces, cuando llega el momento de entrar en casa y disfrutar de los hijos, aún quedan muchas cosas por hacer: los deberes, los baños, la lavadora, la cena... Seguro que la historia les suena.
Los expertos en relaciones familiares apuntan que cada vez reciben en consulta más preguntas sobre cómo ganar en paciencia porque los padres y madres en vez de disfrutar de sus hijos, pierden los nervios si los pequeños no son obedientes y no les ponen las cosas fáciles para tener una mayor tranquilidad en el hogar.
La paciencia, entendida como la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse (tal y como enuncia el DRAE) es un tesoro que muchos padres desearían poseer.
Cristina García, pedagoga, educadora y autora de la Guía «El método de la paciencia con hijos» de EduKame.com, explica que se puede ganar en paciencia si entendemos, en primer lugar, que nuestros hijos o hijas son pequeños. Esta especialista también recomienda tener en cuenta los siguientes diez puntos:
1. Hacen cosas de niños. No son personas adultas y, por tanto, hacen cosas de niños como no obedecer a la primera, querer tocar lo todo, cuestionar la autoridad de los padres, querer jugar sin parar para comer o dormir, decidir qué abrigo ponerse aunque sea verano, etc.
2.Necesitan nuestra atención. A cualquier hora del día (si es de noche se pierde más la paciencia) y en cualquier lugar: en la calle, en casa, en la bañera, mientras yo hablo por teléfono o cocino, etc.
3. Sus necesidades son diferentes a las nuestras. Mientras yo necesito descansar de un día agotador, mi hijo necesita la atención de su madre y padre: ya sea jugando o preguntando, con mimos o con regañinas, si todo lo demás falla.
4.Merecen respeto. Tratarles mediante ejercicios de sumisión (cachetes, humillaciones, castigos y gritos) hace que se sientan inferiores ahora y en el futuro.
5. No tienen prisa. Ni en comer, ni en vestirse, ni en caminar, ni para llegar a ningún sitio, ni en crecer. La prisa es de los adultos. ¡Prisa para todo; hasta para amar! Cuánta más prisa, menos paciencia.
6. No necesitan hacer muchas cosas. Ellos simplemente necesitan hacerlas y a su ritmo. En cambio los adultos, sí. Cuánto más cosas por hacer, más estrés y menos paciencia.
7. ¿Necesitan hacerlas bien? No es cosas de niños hacer las cosas bien. Sí es cosa de padres exigir o esperar que las hagan bien: obedezcan a la primera, ordenen, jueguen sin alboroto, comprendan a los hermanos, se lo coman todo, se duchen sin protestar, hagan bien sus deberes, etc.
8.Solicitan nuestro tiempo. Los hijos necesitan de nuestro tiempo y dedicación, pero cuando no lo tenemos en cuenta, nos hace perder la paciencia.
9. Requieren amor incondicional. La paternidad es amor incondicional, que seguro practicas cuando tu hijo te sonríe con esa carita tan linda. También es la misma carita linda de quien te hace perder la paciencia y gritarle o exigirle.
10. Les necesitamos. Nosotros necesitamos también a nuestros hijos. Abrir nuestro corazón, jugar, cantar, danzar sin por ello perder nuestra parte de adulto responsable que se vuelve más flexible, amoroso y sin exigencias.

12/5/15

12 maneras de fomentar la autoestima infantil

Hoy en día, donde la competividad esta a la orden del día, las prisas el llegar el primero y ser el mejor esta de moda, nos perdemos muchos momentos y valores por el camino.

Si nos tomamos un tiempo de reflexión de lo que vivimos y lo que queremos transmitir a nuestros hijos nos damos cuenta que los valores no se deben perder nunca.

Hoy he conocido un post que quiero compartir con todos y espero que nos ayude como padres a fomentar la autoestima a nuestros hijos para tener en el futuro unos adultos equilibrados.

 

Comparto el texto extraido del blog  "La mente es maravillosa" 

La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras
Jean-Jacques Rousseau

Estamos tan obsesionados por crear la burbuja del bienestar adulto que se nos ha olvidado la importancia de sembrar la autoestima en nuestros niños.

Es muy importante que nuestros pequeños crezcan en un mundo de adultos equilibrados, pues será lo mejor que les podamos transmitir. Sin embargo, si nos paramos a pensar sobre esto, no nos costará mucho darnos cuenta de que hacemos que nuestras carencias sean visibles.
Así es que los niños, como los animales, perciben nuestros miedos e inseguridades y las hacen suyas con gran facilidad. Ante este panorama, lo cierto es que debemos de esforzarnos porque esto ocurra en menor medida. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?
En primer lugar teniendo en cuenta que somos su mejor ejemplo a seguir, por lo que debemos fomentar nuestro autocuidado. En segundo lugar con nuestra forma de actuar y de tratarles, así como en los valores que les inculcamos, es decir, en cómo los educamos.
No queremos niños que tengan que ser perfectos porque no queremos cultivar la soberbia; queremos niños que se quieran y confíen en sí mismos y en su potencial. A continuación os damos 12 claves que no fallarán:

1-Es importantísimo tenerlos en cuenta y dedicarles nuestro tiempo de manera exclusiva.


Debemos considerar lo que el niño nos solicita y nos reclama. Además, si estamos paseando con ellos no deberíamos de ir mirando nuestro teléfono móvil, pues el niño nos dedicará miradas y momentos que nos perderemos.

2-Corrige sus errores pero desde el cariño.


Sin gritos y con paciencia, el niño es una esponja que absorberá lo bueno y lo malo. Hazle entender que aprendéis juntos y que el intercambio es mutuo.

3-Fomenta su autonomía dándoles responsabilidades.


Déjales tomar pequeñas decisiones en cuanto a sus relaciones o hábitos diarios. Por ejemplo, pueden cocinar contigo o preparase ellos su almuerzo, ayudarte a secar y recoger los platos, poner la mesa, elegir la ropa que se quieren poner…

4-No les compares.


Ni con sus hermanos ni con sus amigos. No compares a un niño con nadie, y tampoco lo hagas con adulto. Nadie es mejor ni peor que nadie, todos somos diferentes.
Captura

5-No le etiquetes como “torpe”, “malo”, “tonto”.


Esto no ayuda para nada a crecer con un autoestima saludable. Cuando el niño haga algo mal hay muchas maneras de decírselo: no está bien que pegues a tus hermanos, no tienes que romper los juguetes o tenemos que trabajar bien las mates.

6-Tampoco lo hagas como “listo” “bueno” o “inteligente”.


El niño no comprenderá en qué se fundamenta que te refieras a él de esa forma. En su caso, puedes decirle: qué bien has hecho las tareas, qué bien has recogido o me encanta verte pintar. Es decir, juzga sus comportamientos pero no a los niños.

7-Establece unos límites claros y sé consistente con ellos.


Es decir, si no recoges tus juguetes no iremos al parque; el niño querrá negociar esto pero no valen medias tintas, si le has puesto una condición razonable tienes que hacerla valer, pues de lo contrario no se lo tomará en serio. Firmeza.

8-Valora el esfuerzo, no los resultados.


No te centres en si ha sacado un sobresaliente o un aprobado, lo importante es que el niño haya sido constante y se haya esforzado, refuerza esto.

9-No exageres tus halagos y sé concreto.


Esto es, dile lo que ha hecho bien y porqué te ha gustado para que el niño sepa lo que te agrada. Has recogido muy bien tus coches de juguete y los peluches es sustancialmente diferente a Eres muy ordenado.
Es importante que comentes con otras personas ante el niño sus logros y su esfuerzo, pues le hará sentir útil e importante.

10-Valida sus emociones.


Si el niño llora es probable que se haya hecho daño, dale la importancia que tiene. Evita decirle: ¡No pasa nada! Sí que pasa, algo le hace sentir mal y es importante que le demos la relevancia pertinente.

11-No le sobreprotejas, fomentarás la inseguridad y la dependencia.


No hagas guardia y los vigiles a cada rato, pues generarás niños burbuja. Los niños no se rompen y necesitan una dinámica que les genere oportunidades para desarrollarse de forma constante, no para estancarse.

12-Reserva momentos para cada uno de los niños que tengas alrededor.


Intenta buscar un espacio individual para cada uno, pues el hecho de ser importantes y protagonistas durante unos minutos o unas horas es muy reforzante para ellos. Haciéndolo les muestras que para ti es clave dedicaros el uno al otro de vez en cuando, importándote cómo se siente y buscando generar novedosos intercambios.

Bienvenidos a mi blog! Benvinguts al meu blog!

Buenas,

Os quería dar la bienvenida a mi espacio, y desde este preciso momento el vuestro, ya que si mis escritos pudieran ayudar alguna mujer a conseguir un sueño común como el de ser madre,me daria por total satisfecha.

Un sitio que me sirve para expresar y dar a conocer mi estado de animo o bien un modo de diario para una etapa de la vida como es la que ahora me toca pasar, que es la fase previa para llegar a nuestra meta ....SER PADRES!!

Sé que algún día lo conseguiremos hemos estado muy cerca pero no tiraremos la toalla no ahora , en este momento toca luchar, luchar por lo que quiero, y se que lo vamos a conseguir, estoy segura!!

Son momentos duros, momentos que no entiendes el porque nos ha tocado vivirlo, pero también momentos que nos refuerzara como pareja y como personas...

Porque esto es una carrera de fondo, y no de velocidad...tarde o temprano llegara!!

Esta guerra la vamos a ganar ...porque no hay contrarios somos nosotros quien ponemos los limites!

2014

Han pasado unos años desde este primer encuentro, y por fin podemos decir LO CONSEGUIMOS somos padres y estamos orgullosos de nuestro empeño. El esfuerzo ha valido mil veces la pena.

En este blog podeis encontrar, a parte de nuestra lucha por conseguir nuestro sueño, cositas que nos enseña cada dia nuestro pequeño, información de interés para salir con peques y un pequeño diario de lo que nos encontramos a medida que va creciendo . ( lactancia, post-parto, colegio, salidas ...)


Espero os guste, soys bienvenidos/as!!

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2007

Bones,
Us voldria donar la benvinguda al meu espai ,i des de aquest precís moment el vostre, ja que si els meus escrits poguessin ajudar a una dona a arribar al nostre somni de ser mares, em donaria per total satisfeta.

Un lloc que em serveix per expressar i donar a conèixer el meu estat d'ànim o bé una mena de diari per una etapa de la vida on ara hi passo que és la fase prèvia per arribar a la nostra meta....SER PARES !!

Sé que algun dia ho aconseguirem hem estat molt a prop però no llençarem la tovallola, no ara no en aquest moment, ara toca lluitar, lluitar per lo que vull , i sé que ho aconseguirem, n'estic segura !!

Són moments durs, moments que no entens el perquè ens ha tocat viure, però també moments que ens reforçarà com parella i com persones...

Perquè això és una carrera de fons, i no de velocitat... tard o d'hora arribarà!

Aquesta guerra la guanyarem, ja que no hi ha contraris... som nosaltres qui posem els límits!

2014

Han passat alguns anys des de la primera trobada, i per fi podem dir que HO HEM ACONSEGUIT, som pares i estem orgullosos de la nostra empenta. L'esforç ha estat mil vegades recompensat.

En aquest blog podeu trobar des dels nostres principis i la nostra lluita per aconseguir el somni, fins al dia d'avui tot un seguit de post amb cosetes que ens ensenya el nostre tresor...(lactància, post-part, escola, sortides...)

Espero us agradi, sigueu benvinguts/des!!

-2014-

Un nuevo dia

Un nuevo dia
Un nuevo principio...una nueva ilusión!!